Introducción al concepto de autónomo societario
Si ya te has dado de alta como autónomo o estás pensando en montar tu propio negocio, es importante que te plantees la pregunta: ¿qué es un autónomo societario? Hoy vamos a explicar este concepto, la cuota que pagan estos autónomos y las diferencias entre un autónomo societario y uno individual. Tanto si ya eres autónomo como si estás pensando en montar tu propio negocio solo o junto a otros socios, conocer bien la figura del autónomo societario es fundamental.
Seguro que te suenan las siglas S.L. (Sociedad Limitada) o S.A. (Sociedad Anónima). Pues bien, estas sociedades las suelen conformar, al menos en parte, autónomos societarios. Pero vamos a ver todo con más detalle.
¿Qué es un autónomo societario?
Un autónomo societario es una persona que trabaja por cuenta propia dentro de una empresa que ha fundado o de la cual es socio. A diferencia de un autónomo individual, que trabaja solo e independiente, el autónomo societario comparte responsabilidades y decisiones con otros socios dentro de la estructura de la empresa.

Por ejemplo, imagina a un carpintero llamado Camilo Huerta que realizaba trabajos por encargo de manera individual en su taller. Conforme su negocio creció y recibió más encargos, decidió profesionalizarse y montar una empresa llamada «Carpintería Camilo». En ese momento, Camilo se convierte en autónomo societario.
De la misma forma, si Camilo conociera a otra carpintera con talento llamada María y ambos decidieran formar una sociedad mercantil, podrían crear una empresa como «Camilo y María Carpinteros S.L.». Otra opción es elegir el camino de como facturar sin ser autónomo. Entonces, tanto Camilo como María serían autónomos societarios y socios de su propia empresa. Ambos seguirían siendo autónomos, pero ahora dentro de una estructura empresarial que ellos mismos han creado. La responsabilidad y las decisiones ya no recaerían directamente sobre ellos, sino sobre la empresa.
La empresa, y no ellos directamente, estaría encargada de los impuestos sobre beneficios, que tributarían como una única entidad en el Impuesto de Sociedades. Esto ilustra cómo ser autónomo societario implica trabajar por cuenta propia, pero dentro de una estructura empresarial.
Obligación de ser autónomo societario
No todo el mundo elige ser autónomo societario como Camilo. En algunos casos, ser autónomo societario puede ser una obligación y no una elección. Nadie está obligado por ley a ser autónomo societario, ya que todos tenemos libertad para elegir nuestro estatus laboral. Sin embargo, si eres parte de una sociedad y desempeñas ciertas funciones, puede que no tengas opción.
Para que ser autónomo societario deje de ser una elección, además de desempeñar funciones de dirección o administración en la empresa, debes poseer determinados porcentajes de propiedad de la sociedad. Aquí es importante el concepto de «control efectivo de la empresa», determinado por los siguientes criterios:
- Poseer más del 50% del capital de la empresa en acciones o participaciones.
- Si vives con tu cónyuge o un familiar de hasta el segundo grado (hijo, hermano, primo) que además trabaja en la empresa o le proporciona algún servicio, debes sumar el capital de ambos.
- Si realizas alguna actividad en la empresa, bastará con tener el 33% del capital de la empresa para que se considere que tienes control efectivo.
- Si las funciones que desarrollas son de gerencia y dirección, bastará con tener el 25% del capital de la empresa.
En varios supuestos, la ley puede obligarte a ser autónomo societario si cumples alguno de estos criterios.

Diferencias entre autónomo societario y autónomo individual
Existen cinco diferencias capitales entre un autónomo persona física (al uso) y un autónomo societario. Vamos a desglosar estas diferencias:
1. Naturaleza laboral
El autónomo persona física trabaja por cuenta propia de manera individual. Es decir, su nombre es su propia marca y empresa, y él o ella respondan por sus ganancias, pérdidas o deudas de manera personal. Por el contrario, el autónomo societario trabaja por cuenta propia pero dentro de una empresa que ha fundado o de la cual es socio, compartiendo responsabilidades y decisiones con otros socios. Importante destacar que siempre está amparado por la estructura de la empresa.
2. Responsabilidad
En caso de endeudarse, el autónomo persona física responde con su patrimonio personal ante sus acreedores. Esto significa que podría tener que usar sus bienes personales e incluso los de su familia para saldar deudas. Sin embargo, la responsabilidad del autónomo societario está limitada al capital de la empresa. Si la empresa tiene problemas financieros, la responsabilidad recae en la empresa y no en los socios individuales.
3. Tributación
El autónomo persona física tributa en el IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), que va por tramos de ingresos y puede alcanzar más del 50%. En cambio, el autónomo societario tributa por el Impuesto de Sociedades, que para 2024 tiene un tipo fijo del 23%, aunque este puede reducirse en algunos casos. Aquí no hay una respuesta definitiva sobre cuál es más favorable; depende de varios factores como la situación familiar y económica del autónomo.

4. Alta en Hacienda y Seguridad Social
El alta de un autónomo persona física es más rápida, sencilla y económica. Basta con presentar el modelo TA 0521 en la Tesorería y el 037 en Hacienda, lo cual puede hacerse en menos de un día. Por su parte, constituirse como autónomo societario requiere más trámites como registrar la sociedad, elegir una denominación social y contar con un notario, lo cual lo hace un proceso más complejo y costoso.
5. Cotizaciones y cuotas
El autónomo persona física cotiza y paga una cuota a la Seguridad Social basada en sus ingresos según unas tablas con hasta 15 tramos. La cuota mínima en 2024 es de 230 euros al mes. En contraste, la cuota mínima para autónomos societarios es más de 300 euros mensuales. Aunque puede ser más asequible gracias al sistema de cotización por ingresos reales vigente, los autónomos societarios tienen menos deducciones disponibles, haciendo que sus beneficios a declarar sean mayores.
La cuota del autónomo societario
Gracias a la entrada en vigor del sistema de cotización por ingresos reales, la cuota mínima para establecerse como autónomo societario es más asequible que en años anteriores. En 2024, esa cuota mínima es de 313 euros al mes. Sin embargo, esta es solo la cuota mínima y, si el autónomo tiene mayores rendimientos netos, la cuota será superior.
Además, ahora los autónomos societarios solo pueden deducirse el 3% de los gastos de difícil justificación, a diferencia del 7% permitido a los autónomos individuales.
Darse de alta como autónomo societario
Darse de alta como autónomo societario no es complicado, pero es recomendable dejar este trámite en manos de un gestor si no te sientes del todo seguro. Aquí en Kipu contamos con una comunidad de asesorías que pueden ayudarte en este proceso.
Para darte de alta, necesitarás presentar los siguientes documentos en la Tesorería General de la Seguridad Social:
- Una copia del DNI de la persona solicitante.
- La escritura de constitución de la sociedad (original y copia).
- El modelo TA 0521 debidamente cumplimentado.
- La declaración censal (modelo 036) con la actividad económica a desempeñar en la Agencia Tributaria.